viernes, 6 de noviembre de 2009

MODELO DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO UTILIZADO PARA EL DIAGNÓSTICO INICIAL


Comprometido en la tarea de investigar, gestionar, recoger y sistematizar el conocimiento dentro de una comunidad tan heterogénea, conflictiva y vulnerable como la indigente en la ciudad de Ibagué, una vez analizados los diferentes modelos de gestión de conocimiento, consideramos el más apropiado para la presente labor el modelo Knowledge management assessment tool KMAT, que “es un instrumento de evaluación y diagnóstico construido sobre la base del Modelo de Administración del Conocimiento Organizacional desarrollado conjuntamente por Arthur Andersen y APQC. El modelo propone cuatro facilitadores (liderazgo, cultura, tecnología y medición) que favorecen el proceso de administrar el conocimiento organizacional”. Es importante definir la forma en que se hizo uso de cada facilitador en el proceso de gestión del conocimiento en el presente caso.

Liderazgo: “Comprende la estrategia y cómo la organización define su negocio y el uso del conocimiento para reforzar sus competencias críticas”. La comunidad indigente colombiana siendo tan heterogénea, cuenta con individuos de las más disímiles condiciones sociales, culturales y hasta económicas (aunque este último aspecto se da en casos muy extremos). En este sentido, cuando se va a trabajar socialmente con esta comunidad, siempre es posible hallar líderes que cuentan con una destacable preparación intelectual, comprometidos con la indigencia, que permiten realizar las labores de la mejor manera y que participan activamente en la gestión del conocimiento en el campo en que se requiera.

Cultura: “Refleja cómo la organización enfoca y favorece el aprendizaje y la innovación incluyendo todas aquellas acciones que refuerzan el comportamiento abierto al cambio y al nuevo conocimiento”. Como toda comunidad marginal y vulnerable en nuestro país, y pese a su actitud individualista, autoexcluyente, triste y hasta amargada, los indigentes son realmente receptivos a programas y actividades que pretendan generar cambios y autogestión en su interior. Igualmente, en los resultados del presente estudio y gestión del conocimiento inmerso en una comunidad tan peculiar, se encontraron gran cantidad de elementos culturales que demuestran que aún en los estratos y clases sociales marginales la identidad cultural se ciertamente evidente.

Tecnología: “Se analiza cómo la organización equipa a sus miembros para que se puedan comunicar fácilmente y con mayor rapidez”. Pese a su pobreza económica que impide que esta comunidad cuento con verdadera tecnología para la optimización de su comunicación interior, de acuerdo con la caracterización de la forma en que se facilita la comunicación entre indigentes, se halló una forma de lenguaje o jerga que hace más expedita la emisión, recepción e interpretación de mensajes.

Medición: “Incluye la medición del capital intelectual y la forma en que se distribuyen los recursos para potenciar el conocimiento que alimenta el crecimiento”. Este aspecto fue difícil de establecer por la falta de recursos, por lo que se trabajó con lo poco de lo que se pudo echar mano aprovechando la apertura que demuestran los indigentes a su análisis y estudio, por parte de agentes externos que puedan aportarles beneficios sociales. En este sentido, los mismos indigentes contribuyeron a la medición de su capital intelectual mediante su participación y deseo de se reconocidos por una sociedad que los excluye.

Procesos: “Incluyen los pasos mediante los cuales la empresa identifica las brechas de conocimiento y ayuda a capturar, adoptar y transferir el conocimiento necesario para agregar valor al cliente y potenciar los resultados”. Pese a su marginalidad, el grado de imaginación y gestión desplegado por la indigencia es bastante significativo, a lo que debe sumarse la colaboración y compromiso de sus líderes naturales, por lo que el proceso de gestión de conocimiento al interior de esta comunidad fue más sencillo de desplegar.

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