viernes, 6 de noviembre de 2009

INTRODUCCION


La vida del hombre contemporáneo en nuestro país está llena de características que la hacen muy especial, si se compara con la vida del hombre colombiano en otras épocas de la vida nacional. Se trata de una condición de modernidad en un país donde diversos fenómenos sociales contribuyen a que la actual circunstancia del país sea socialmente precaria, pues la irresponsabilidad con que los gobernantes han manejado al país en el pasado; la violencia se convierte en paisaje, el hambre y la desigualdad social generan exclusión y concentración de la riqueza en pocas manos. Así mismo, la vida del hombre contemporáneo se ve afectada por la “nueva cultura” de la comunicación social, ya que el hombre y su vida social constantemente se ven en su intimidad y en su vida colectiva, mientras la comunicación cada vez más contribuye y se compromete con la educación.

“Es muy posible que nunca como ahora el hombre haya adquirido tan enorme cantidad de conocimientos; pero también es probable que nunca haya estado tan solo; que nunca haya estado más a la intemperie”. La comunicación social ha dado al hombre un nuevo lenguaje, influye en la persona y en su grupo social, creando una nueva forma de expresión, ya que su influencia es determinante en el pensamiento humano en la actualidad, pero mientras se avanza en términos de la globalización de las comunicaciones, persisten fenómenos que hacen que la mayoría de las personas sean excluidas o se autoexcluyan de los progresos de la humanidad en este sentido. Es el caso de la comunidad indigente a la que poco o nada le interesan o favorecen el desarrollo de la comunicación y su gran influencia en la educación de comunidades.

En un mundo globalizado, el hombre de la calle cargado de necesidades, poco o nada espera de los progresos de la sociedad, incluso se muestra totalmente ajeno a lo que sucede en los niveles más altos de la comunidad mundial. No es de extrañar que a quienes conocemos como “indigentes”, la vida, la experiencia y la falta de oportunidades les determine a relacionarse directamente con las basuras. Este fenómeno producto del desarrollo y progreso de la humanidad, consecuencia obligada del consumismo capitalista es una realidad que necesariamente se relaciona con las personas de la calle. Y es que las basuras son el otro habitante callejero con el cual el indigente tiene que ver a diario en todos los aspectos de su cotidianidad pues de ella se alimenta, subsiste y devenga lo poco que destina a su sostenimiento y el de sus familiares (cuando puede hacerlo).

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